LAS BIENAVENTURANZAS

LAS BIENAVENTURANZAS

En esta sesión nos proponemos contemplar y degustar el texto de las Bienaventuranzas, que podemos encontrar en el capítulo 5 del Evangelio según san Mateo.

Ten en cuenta que vas dialogar con la que Escritura, que es una Palabra Viva dirigida a tí, esta Palabra transformadora es poderosa para tí, ahora. Por eso te recomiendo unos pequeños pasos

1. Antes de acudir a la lectura del pasaje, es importante tomar conciencia de tu situación personal hoy
¿Cuales son mis inquietudes hoy? ¿Cómo ha ido el día?  ¿En qué he dedicado mi tiempo hoy? 
¿Ha habido algún momento de descanso, de disfrutar de una conversación entre amigos? ¿Hay alguna circunstancia que te preocupe del futuro? ¿Alguna situación pasada que te hace estar incómodo con alguien, contigo mismo, con Dios?
Puedes tomar una buena música que te ayude a pausarte y mirar dentro de tí. Por ejemplo...El intreacto "Méditation" de la ópera Thaïs?


2. Presenta estas cuestiones a Dios y pide al Espíritu Santo que abra tus oídos, tu inteligencia y tu corazón a la Palabra de Dios.

3. Lee por primera vez el pasaje y escoge alguna frase que te llame la atención, o una imagen que te resulte interesante de forma espontánea.

Este es solo el inicio del conocido como el "Sermón de la Montaña"

Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros. Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

4. Ponte en situación: recorre la escena con tu mente, elige un lugar donde situarte dentro del cuadro que se representa. ¿Cómo te sentirías entre tanta gente? ¿Haría frío, calor? ¿Crees que estarías cerca o lejos escuchando a Jesús? ¿Qué pintas en medio del monte? Detente en la escena un momento.

5. Algunas preguntas que pueden ayudarte a reflexionar el texto. ¿Qué significa Bienaventurado? ¿Cómo les sonaría a los que lo escuchaban? ¿Cómo te suena a ti si alguien te dice Alégrate!? Es la misma exclamación que escuchó María del Ángel en la Anunciación. 
¿Y por qué Jesús se empeña en poner juntas la alegría y la persecución? ¿Qué puede significar esto para tí?
¿Qué pasa si eres tú la sal de la tierra? ¿A quien le dirías tú: "Alégrate!!!"?

6. Lee de nuevo detenidamente el texto.

7. Después de unos minutos de silencio, elabora una petición o acción de gracias por lo que Dios te haya hecho comprender y gustar en esta contemplación.




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