Primera
Estación: Jesús es condenado a muerte
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz
redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Cuando
se hizo de día, se reunieron los ancianos del pueblo, con los jefes de los
sacerdotes y los escribas; lo condujeron ante su Sanedrín (22,66).
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
Y
todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirlo y, tapándole
la cara, lo abofeteaban y le decían: «Profetiza». Y los criados le daban
bofetadas (14,64-65).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Segunda Estación: Jesús es negado por Pedro
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Y
pasada cosa de una hora, otro insistía diciendo: «Sin duda, este también estaba
con él, porque es galileo». Pedro dijo: «Hombre, no sé de qué me hablas». Y
enseguida, estando todavía él hablando, cantó un gallo. El Señor, volviéndose,
le echó una mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le
había dicho: «Antes de que cante hoy el gallo, me negarás tres veces». Y,
saliendo afuera, lloró amargamente (22,59-62).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Tercera Estación: Jesús y Pilato
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
Apenas
se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el
Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron
a Pilato. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato, queriendo
complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo
entregó para que lo crucificaran (15,1.3.15).
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Al
ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un
tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo: «Soy inocente
de esta sangre. ¡Allá vosotros!» (27,24).
Lectura del libro del profeta Isaías
Todos
errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes (53,6).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Cuarta estación: Jesús rey de la gloria
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
Los
soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a
toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que
habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!»
(15,16-18).
Lectura del libro del profeta Isaías
Creció
en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un
hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los
rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó
nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado
(53,2-4).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Quinta estación: Jesús con la cruz a cuestas
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del libro de las Lamentaciones
Vosotros,
los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor como el dolor que me
atormenta, con el que el Señor me afligió el día de su ardiente ira (1,12).
Salmo 146
Dichoso
a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios […]. El
Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego, el Señor
endereza a los que ya se doblan, […] el Señor guarda a los peregrinos, sustenta
al huérfano y a la viuda (5.7-8.9).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Sexta estación: Jesús y Simón de Cirene
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Mientras
lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo,
y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús (23,26).
L
ectura del santo Evangelio según san Mateo
«Señor,
¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?;
¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo
te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» (25,37-39).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Séptima
estación: Jesús y las hijas de Jerusalén
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Lo
seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y
lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, […]
porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?»
(23,27-28.31).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Octava estación: Jesús es despojado de sus vestiduras
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
Los
soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro
partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin
costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo (19,23).
Lectura del libro de Job
«Desnudo
salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él» (1,21).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Novena estación: Jesús es crucificado.
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Y
cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a
los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen» (23,33-34).
Lectura del libro del Profeta Isaías
Nuestro
castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron (53,5).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Décima estación: Jesús en la cruz es humillado
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
El
pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas, diciendo: «A
otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el
Elegido». Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le
ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti
mismo». Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los
judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres
tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros» (23,35-39).
«Si
eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». [...] «Si eres
Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: [...] (los ángeles) te
sostendrán en sus manos» (4,3.9-11).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Undécima estación: Jesús y su Madre
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según San Juan
Junto
a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de
Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al
discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego,
dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo
la recibió como algo propio (19,25-27).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Duodécima estación: Jesús muere en la cruz
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Juan
[Jesús]
dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una
esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza,
entregó el espíritu. [...] Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto,
no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le
traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da
testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que
también vosotros creáis (19,28-30.33-35).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Decimotercera estación: Jesús es bajado de la
cruz
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
[José
de Arimatea], bajándolo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un
sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido puesto todavía (23,53).
Meditación
Oración
Padre nuestro
Decimocuarta estación: Jesús en el sepulcro y las mujeres
Te
adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al
mundo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Las
mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo siguieron, y vieron el
sepulcro y cómo había sido colocado su cuerpo. Al regresar, prepararon aromas y
mirra. Y el sábado descansaron de acuerdo con el precepto (23,55-56).
Meditación
Oración
Padre nuestro
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